Ayer, primer día en Lourdes comenzamos la tarde con una eucaristía en la capilla de San José, donde Asun y Pedro, dos peregrinos enfermos nuestros nos hicieron un hermoso regalo; un estandarte tejido a mano con mucho esmero para la Hospitalidad.
Tuvimos una misa preciosa que fue presidida por el obispo de Vitoria, Don Miguel Asurmendi, el que después de muchos años y con una gran emoción se despidió, ya que era su último año porque ya presentó su dimisión al Papa. La Hospitalidad, como obsequio por todos estos años de servicio junto a todas las damas y camilleros de este grupo, le hizo un pequeño regalo en forma de discos de música clásica con temas exclusivos de Lourdes. Después de este emotivo evento, todos nos emocionamos al ver la fraternidad que tiene entre Monseñor y la Hospitalidad de Vitoria.
También dimos la bienvenida a gente nueva y hoy en concreto va a contar su primera experiencia una joven de dieciocho años que vino con nosotros desde Ávila, Sara Macías Manso.
"Buenas tardes, soy Sara. Este es el primer año que vengo a Lourdes y está siendo una experiencia muy enriquecedora ya que servir a enfermos es algo que de verdad te llena el corazón. Ves que, ellos aun con todas las dificultades que tienen, te agradecen enormemente que los ayudes, les escuches y estés a su lado; porque en muchos casos pueden sentirse solos o incapacitados.
Por otra parte, en Lourdes hay un gran ambiente espiritual. Hoy, me han invitado a ir a las piscinas; donde varias damas ayudan a meterse en un bañera de piedra en la cual hay agua bendita de Lourdes. Antes de sumergirse, haces una oración a la Virgen con todas tus plegarias para que Ella empiece a obrar en tu vida y en tu corazón. A continuación, las damas oran contigo mientras sales de la piscina, ya para terminar.
Ya para concluir, decir a todos aquellos lectores que es una experiencia preciosa y muy gratificante ya que todas sus actividades llevan un gran sentimiento, te acercan al Señor y a nuestra Madre María y te alegra el corazón."
